¿Qué es “lo primero” que necesitas para vender?

Creo que es mejor que yo no te lo diga, prefiero que tu solito/a llegues a ese “lo primero”.

Pero te voy a ayudar, te voy  a dar pistas.

Para empezar, pregúntate por los lugares donde tú vas a comprar en tu día a día, me refiero a las cosas cotidianas.

Por ejemplo, piensa dónde vas a comprar una coca-cola.

Pues muy probablemente al supermercado, a la tienda del barrio que te resulte más cómoda, quizás y si me apuras, hasta más barata, ¿no?

Puedes comprar por proximidad, por comodidad, por donde estés en cada momento.

En realidad te da bastante igual, y a mí también, ¡total!, es un producto envasado, no tiene mayor importancia.

Algo parecido te puede pasar con cualquier otro producto envasado que no requiera manipulación por parte del punto de venta como, por ejemplo, un cartón de leche o de caldo, una mayonesa y así podríamos desgranar toda una serie de productos, cualquier tipo de conserva, una botella de vino y otros muchos.

Eso sí, tienes tus marcas preferidas, vaya Ud. a saber el porqué pero, el punto de venta donde las adquieres, te resulta un poco relativo. Eso sí, igual acostumbras a ir siempre al mismo sitio porque, por una razón u otra, lo prefieres a otro que quizás está a la misma distancia o incluso hasta un poquito más cerca.

Bueno, somos animales de costumbres, te has acostumbrado y ya está, te resulta cómodo.

¿Dónde vas a comprar la carne?, ¿dónde vas a comprar el pescado?, ¿dónde compras fruta y verdura?

Aquí, quizás entran en juego otros parámetros y no te dé todo tan igual, ¿estoy en lo cierto?

Antes, para los productos envasados, he comentado que una de las razones bien podría ser el precio, que comprabas donde fuese más barato, ahora quizás podríamos hacer servir el término relación calidad-precio, ¿estoy en lo cierto?

Todos tenemos nuestros estándares en la relación calidad-precio y mal iríamos si todos coincidiéramos.

¿Qué te hace ir a comprar a una carnicería en concreto?, ¿qué te hace ir a comprar a una pescadería en concreto?, ¿qué te hace ir a una frutería en concreto?, ¿qué te hace ir a una peluquería en concreto?, y así puedo seguir y seguir.

¿Crees que se ha establecido una relación de confianza?, ¿esos lugares te ofrecen confianza?, ¿las personas que te atienden te merecen confianza?, ¿te asesoran bien?, ¿te orientan bien?

Si compras por internet, seguro que compras en plataformas que te ofrecen un mínimo de confianza. Me abstendré de utilizar nombres pero, seguro que no compras en una empresa de la que no has oído hablar nunca, que además si tienes algún problema no sabe donde reclamar y mucho menos un producto que puedes comprar en otra plataforma que sí te genera confianza, porque “sabes seguro” que si tienes un problema, te lo van a resolver.

Claro está, la confianza en su concepto individual de cada persona y lo que a mí me puede generar confianza igual a ti no te la genera, y viceversa. Pero en tú caso es “tu confianza” y en el mío es “mi confianza”. La confianza sigue siendo primordial.

Te pregunto, cuando vas a vender ¿qué debes generar?

Quizás confianza, ¿no crees?

En breve días te voy a plantear un ejercicio muy sencillo, donde podrás comprobar la confianza que transmites inconscientemente, o no tan inconscientemente.